La vida en el palacio [Cap. 6]

Víctima del aburrimiento, y la adicción a escribir, aquí va el siguiente capítulo.^^

Recorrido por la casa
El segundo piso nos recibía con unos muebles de cuero color negros muy elegantes, una mesa de cristal, y rosas blancas, me mostró el gran pasillo rectangular, con grandes obras de artes, me gustó mucho, el pasillo tenía paredes color ostra, me mostró dos recamaras de visitantes, ambas grandes, con sus respectivos baños.
Hasta que llegó el momento de presentarme la habitación de mis padres, era la mitad del piso de arriba, era muy grande, tenía una cama doble King, unas sábanas blancas, con detalles en color beige. Tenía muebles de cuero marrón y otros blancos, las paredes eran color ostra. Habían estantes con premios, ella entró con cuidado, parecía tener miedo de dañar algo, y abrió una puerta, conducía al baño, tenía una tina muy elegante, además un jacuzzi, un televisor, una ducha muy grande, contaba con dos inodoros, y dos lavabos, ambos elegantes, y hermosos, tenía un espejo gigantesco. Luego, salimos del baño, nos encontrábamos de nuevo en la habitación de mis padres, y nos dirigimos hacia la otra puerta blanca, era dos veces más grande que el baño, era el armario, tenían vestidos, trajes, zapatos, zapatillas, sandalias, corbatas, collares, anillos; había una gran peinadora, y sobre ella, unos anillos, sandalias y aretes.
Salimos de aquella habitación gigantesca.
A pesar de que mi nana, me mostró otras grandes y elegantes escaleras, prefirió subir al tercer piso en el ascensor. Al llegar, había como en el segundo piso, un espacio donde habían muebles, sillones, y una mesita en el centro al igual que todas, de cristal, en el techo, había una lámpara beige. Había algo distinto, los muebles, eran color rosado claro, casi parecía blanco, había un mueble de los que pasaban en las telenovelas, siempre le dije a mi papá-el verdadero- que quería uno, y me dijo que me lo regalaría para mi cumpleaños número diecisiete, y hay estaba. (Ver la imagen del mueble) Seguimos caminando.
-Este es un regalo de tu mamá para ti- Dijo mi nana sonriente, y dejó que yo misma abriera aquella puerta blanca, era genial.
-WAOH-fue lo único que de mis labios salió, Tenía los ojos como platos de la sorpresa, era una biblioteca.
-¿Te gusta?- ¿que si me gusta? ME ENCANTA, era genial, en mi antigua casa había una biblioteca, pero no una para mi sola.
-Me encanta-Dije asombrada-Gracias
Mi biblioteca era genial, tres paredes era completamente de libros, y la parte del fondo era una ventana grande de vidrio que tenía vista al jardín, se veía maravilloso y en el centro, había un sillón morado con negro, se veía muy cómodo así que sin pena, me senté en ellos, y en efecto, comprobé que eran demasiado cómodos, en frente de él se encontraba un escritorio con una silla de oficina grande color morado.
Aunque no quería mi nana me dijo que saliera, que me tenía que mostrar el resto de la casa, salí, y me mostró lo que había en ella, tenía un salón de juegos, había una mesa de ping-pong, juegos de mesa, sillas, y muchas cosas para recrearme, era todo un palacio.
Y luego me mostró, una habitación pequeña y vacía, me dijo que pronto la amoblarían según yo quisiera, yo era libre de disponer sobre esa pequeña recamara.
Luego, mi nana, abrió una puerta blanca que tenía un corazón en color rosado que brillaba.
-Esta es tu recamara-dijo abriendo la puerta
Las paredes eran blancas, y tenían adornos que brillaban color rosado, era la recámara de una princesa, era enorme, tenía una pequeña sala con muebles para relajarse, estantes, y la cama, una cama king, moderna, delgada, tenía que subir un escaló para estar donde mi cama se encontraba, tenía un espaldar hermoso, era todo arte. Mi nana me dijo que entrara a para ver que me parecía el baño, la puerta era rosada con corazones blancos, era un baño casi tan grande como el de mis padres, no tenía tina, pero si un Jacuzzi, una ducha muy grande dos lavabos modernos y elegantes, un televisor y un excusado. Fue genial, tenía colgado justo fuera de la ducha una bata de baño, y una toalla, abajo una pantuflas hermosas de perrito, siempre me habían gustado. Mi nana, me sacó, al terminar de ver mi baño y fuimos a la puerta que estaba al otro costado, era un closet, mi closet, era hermoso, grande como el baño, tenía varias filas de estantes, donde había ropa, cada una decía que había en ellas, en la primera para el lado derecho decía ropa interior, la segunda, decía pijama, la tercera para la casa, la cuarta para salir, y así, había siete hileras de ropa, y tres de zapatos, zapatillas, sandalias, pantuflas, entre otros, en el fondo había un gran espejo, y una mesita con varias gavetas, la abrí, eran joyas, hermosas, en otra había maquillaje. Después me sacó de mi closet mi nana, y me llevó hacia mi recamara de nuevo, me mostró otra puerta.
-Abre la puerta tienes trabajo por hoy-sonrió-Si tienes hambre, sed, o si se te ofrece algo, marca el número UNO en teléfono que está justo en la mesita de noche de tu cama. -Y volteó para irse- te espera una sorpresa. No tienes un tiempo límite para terminar tu trabajo, así que no es necesario que culmines hoy.

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