La vida en el palacio [Cap.10]

Cena divertida
Entramos a el cálido salón principal, y segundos después entraron nuestras madres, yo me despedí para cambiarme, regresaría para la cena, tomamos el ascensor Sergio con Marielita en los brazos, y yo; me había ofrecido para decirle donde se quedarían. Así que primero fuimos al segundo piso, abrí tres puertas antes de llegar a la habitación correcta, y cada vez que me equivocaba, ambos reían, era divertido estar con ellos. Luego, subí hasta mi habitación, mis pies me dolían por las sandalias, y me quité rápidamente el vestido para bañarme, quería usar la ducha, pero luego me decidí por el jacuzzi, pues mis piernas me dolían y no quería estar parada, ni siquiera para ducharme, esta vez sí tardé un poco en salir. Cuando terminé, me fui directo al closet, no busqué mucho, solo una camiseta normal color rosado (Idea) con unos pantalones aéropostale blancos (Idea) luego, me esforcé buscando zapatos, habían demasiados, así que elegí con el clásico método de: "Ta,te,ti, suerte para TI" y cayeron unas sandalias bajas NIKE, se veían cómodas (idea) así que eso fue lo que elegí. Vi la hora, y como sabía que aún me quedaba media hora para ir a comer, llamé al UNO, y pedí que me avisaran cuando estaba lista la cena. Tomé el teléfono y me lo llevé, hasta "Mi salita" estaba en la computadora, y decidí entrar al correo, y mi sorpresa fue grande al ver que varios de mis amigos estaban conectados, con todos hablé, y la mayoría estaban bien, algunos sufrieron grandes pérdidas, pero otros están bien junto a su familia, casi todos me pidieron el número de celular, pero como no tenía, me tuve que conformar con tener contacto con ellos solo por correo. Luego, el teléfono sonó, me avisaron que debía bajar a cenar. El comedor verdadero, quedaba en la segunda planta, tenía una mesa de cristal, realmente grande, casi todos estaban sentados, solo faltaba que ambos presidentes llegaran, le habían puesto una silla especial para Marielita, estaba a un lado de Sergio y del otro tenía a su mamá. Yo estaba en la puerta, y el mayordomo me indicó donde me debía sentar, -junto a mi "mamá"-. Ella, estaba haciendo algo en el celular (idea) pero en cuanto me vio sentar, lo dejó.
-Hola-Dije sonriendo-¿Como ha estado su día?
-Bien-Dijo con una sonrisa dulce-Hoy estás muy feliz
-Así soy normalmente, ayer estaba algo confundida-Sonreí de nuevo-¿Porqué no fue a mi habitación ayer?
-Si fui, solo que ya estabas dormida, no quise despertarte-Sonrió con aquella hermosa sonrisa dulce suya.
-¡Oh!, Lo lamento-De verdad me hubiese gustado que fuera a ver "Mi salita"
-No te preocupes, te debo una disculpa, por ir tan tarde.
-Solo con una condición-Pareció sorprenderse, pues su sonrisa desvaneció-Luego irá para terminar los pequeños detalles con usted.-Volvió a sonreír.
-Con una condición-Esta vez yo me asusté, pues ya estaba tratándola como una mamá.-Deja de tutearme-Ahora me alivié mucho, y sonreí
-Muy bien, ya dejaré de tutearte-Pensé un poco-así suena raro-y me reí
-Bueno, pero la cita, se suspenderá hasta...-Tomó su celular, y comenzó a revisar algo-el día en que nuestros visitantes se vallan, pues estaré ocupada hasta ese momento.
-Bueno, le esperaré-Sonrió, y me retracté-Bueno, te esperaré.
-Mucho mejor.-Y su sonrisa amable apareció de nuevo.
En ese momento llegaron los presidentes, y cinco minutos después llegó la comida. Yo estaba feliz. Había una charla fluida, entre risas, y más, eso me agradaba.
-Me contaron que hoy manejaste-dijo con una sonrisa en la boca mi "padre"
-Uhm, si, pensé que era más difícil, pero solo tiene un freno y un acelerador. Así que...-Dije naturalmente. Me dí cuenta de que Sergio se reía, quité mi sonrisa, aunque tenía felicidad en mi rostro, le miré-No te rías-pero luego sonreí, todos le miraron, era una mala idea
-Casi me mata, maneja muy...-Dijo a su defensa, y muy sonriente-A su estilo
Todos se rieron. Era divertido, al final, todos terminaron de comer, y nos fuimos cada uno a nuestras respectivas habitaciones, antes de eso, mi "padre" me llamó, me asusté, pero fui a donde se encontraban, no tenía porqué temer, me decía a mí misma.
-Aún no tienes un celular, ¿Verdad?-Preguntó
-No-Dije apenada
-Tal vez debí comprarte un celular, pero pensé que te gustaría elegirlo, tu misma-Su decisión fue la correcta, pues, siempre me ha gustado elegir mis celulares.
-Gracias.
-Mañana en cuanto te despiertes, vas a mi despacho, estaré todo el día en él.
-Bien, gracias-Dije - ¿Puedo pedirle un favor?- Pregunté apenada
-Claro-dijo asombrado
-¿Puede mandar a que no me despierten tan temprano mañana?-Lo dije corrido, y con prisa, su respuesta me sorprendió, se rió a carcajadas
-Por supuesto, a partir de mañana tendrás una agenda que deberás cumplir.-Dijo sonriendo-No te preocupes, es fácil para ti, tendrás tiempo libre.
-¡Oh!, gracias, buenas noches
-Buenas noches- y volteó.
-Hasta mañana.
Y luego subí por el ascensor, y me acosté en el sillón un momento, pues no había tenido oportunidad de sentarme allí, era realmente cómodo (idea)
Sentí que me daba mucho sueño, así que fui a mi cuarto, eran las nueve y quince de la noche (21h) me acosté en mi cama, encendí el televisor, y al minuto siguiente ya estaba dormida.

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