Graacias mi Estefii, por leer la historita! (♥)
Valentía
Valentía
Hoy ha sido como ayer, me despertaron temprano, me vestí, fui al colegio, la pasé magnifico, luego, regresé, y mientras subía el ascensor para ir a mi recamara, me envían un mensaje de texto: "Sebastián es solo mío, no te metas con él" me quedé sorprendida ante aquél mensaje, tal vez era la misma del día de ayer, así que respondí "No tengo nada que ver con él, no conozco a ningún Sebastián." Dejé pasar aquello, realmente no me interesaba pensar en cosas como aquella; me bañé tomé mi laptop, la encendí y comencé a chatear con mis amigos, estaba acostada en la cama, viendo la televisión, luego llamaron para avisarme que mi profesora de equitación ya había llegado, fui al establo, tomé mis clases, luego, pasee en bicicleta por los caminos de concreto. Era divertido, pero no sola. Se hacía oscuro, así que subí a mi recamara, pedí la cena, y comencé a hacer la tarea; me acosté, algo estaba sonando muy fuerte dentro de mí. Era mi celular, me habían enviado un mensaje de texto, y yo estaba dormida, por eso parecía ser tan fuerte ese ruido. Leí el mensaje: "¿No te deja dormir el remordimiento?" decidí no prestarle mucha atención, y traté de dormirme, pero antes de terminar de acostarme, sonó otra vez, era un mensaje del mismo número "SEBASTIÁN ES MÍO", esta vez marqué llamar, estaba dispuesta a aclarar las cosas con esa persona, decirle que no conocía a ningún Sebastián, que no tenía novio; pero no respondió. Así que traté de dormirme, miré el reloj y eran las dos y treinta de la madrugada, no me podía dormir, me había quitado el sueño, aquellos mensajes, así que decidí darme una ducha, pero luego elegí el jacuzzi. En ese momento, me llegó otro mensaje, "No te duermas, pues Sebastián es mío", realmente, los mensajes no me molestaban, me daban mucha risa, por esa razón no apagué el celular. Los mensajes siguieron llegando, pero al final logré dormir, cuando desperté tenía 43 mensajes de texto, sin leer. Comencé a leer uno por uno, todos ellos diciendo cosas como "Sebastián es mío","No te quedarás con él", y cosas tontas, hasta que leí uno que decía "Eres una estúpida, tus padres han muerto, y por eso te refugias en Sebastián" este mensaje si me molestó. Estaba decidida a hablar con ella cara a cara, pues las llamadas no las contestaba. Cuando llegué al colegio, me encontré con mis amigos, pero, en el receso, saliendo del aula de clases, la misma chica de la bofetada estaba caminando delante de mí. La tomé del codo.
-Disculpa, ¿Eres tú quien me envía los mensajes por la noche?-pregunté con amabilidad, ella sonrió, y se soltó rápidamente mí.
-No-Dejó de sonreír, y bajó la cabeza-Lamento lo de ayer, estaba fuera de control
-Uhm, no te preocupes, lo entiendo.-Dije sonriendo, y me voltee para irme.
-Oye...-Gritó a mis espaldas
-¿Oh?
-Sebastián-Gritó, y rápidamente pasó a un lado de mí, y le abrasó, él trató dejar que le abrazara.
-Ya te he dicho que no me abraces-Dijo cerio
En ese momento, caminé hacia él. Y le abofeteé, rápido, para no arrepentirme.
-¿Que te pasa?-Gritó Sebastián, mientras la chica de ayer, se quedó mirando perpleja.
-Te la mereces, ¿porqué la evitas?-Dije calmada- ¿Sabías que ella ayer me abofeteó porque pensaba que yo era tu novia?-Dije con la voz más alta, pero no gritando-Eres un estúpido-esta vez si lo grité.- ¿Acaso no puedes tratar bien a tu novia?-Dije gritando aún más alto.
-¿Acaso no puedes controlarte?-Preguntó muy calmado-¿Acaso no sabes que todas las chicas que me conocen están locamente enamoradas de mí, y que ESTA, no es la excepción?-Sonrió.
-Lamento decepcionarte.-Dije tranquila-Engreído.
-No lo has hecho-acercó su rostro hacia el mío-Sé que te gusto, y viste la mejor oportunidad para hablar conmigo.
-Y ¿Quién es el que está a pocos centímetros de mí?-Dije sonriendo-Yo a ti si que te gusto, que buscas la situación perfecta para acercarte a mí.-Sonreí-Estúpido-Él alejó su rostro, y volvió a la postura que tenía antes y comenzó a reír.
-No me importan tus palabras-sonrió
-Bien, ni a mí las tuyas.-Dije calmada
-Me iré-avisó
-Lo espero con ansias-dije casi riendo.
-Entonces vámonos-Dijo una voz a mis espaldas, era de un chico, sonaba realmente bien, así que volteé, al verle, sonreí. Tenía el cabello largo, hasta el final del cuello (idea), un poco más alto que yo, musculoso; pero en cuanto le miré, estaba sonriendo. -Hola-me dijo
-Hola-dije tranquila y sonriendo
-Soy Santiago-dijo con una gran sonrisa-eres realmente agradable
-Gracias, soy Tiffany.-Su sonrisa se hizo aún más grande
-Tengo una prima que se llama así, aún no la conozco, es nueva en la familia.-sonrió-Bueno, me llevo a mi amigo, adiós, nos vemos luego-Sonrió-¿Vale?
-Supongo...
Ambos se fueron, y yo retomé mi camino, había pasado casi todo el receso hablando con ese engreído. No se como pude desperdiciar de esa forma mi sagrado receso. Pasaron las clases tranquilas, teníamos a profesores muy agradables.
-Disculpa, ¿Eres tú quien me envía los mensajes por la noche?-pregunté con amabilidad, ella sonrió, y se soltó rápidamente mí.
-No-Dejó de sonreír, y bajó la cabeza-Lamento lo de ayer, estaba fuera de control
-Uhm, no te preocupes, lo entiendo.-Dije sonriendo, y me voltee para irme.
-Oye...-Gritó a mis espaldas
-¿Oh?
-Sebastián-Gritó, y rápidamente pasó a un lado de mí, y le abrasó, él trató dejar que le abrazara.
-Ya te he dicho que no me abraces-Dijo cerio
En ese momento, caminé hacia él. Y le abofeteé, rápido, para no arrepentirme.
-¿Que te pasa?-Gritó Sebastián, mientras la chica de ayer, se quedó mirando perpleja.
-Te la mereces, ¿porqué la evitas?-Dije calmada- ¿Sabías que ella ayer me abofeteó porque pensaba que yo era tu novia?-Dije con la voz más alta, pero no gritando-Eres un estúpido-esta vez si lo grité.- ¿Acaso no puedes tratar bien a tu novia?-Dije gritando aún más alto.
-¿Acaso no puedes controlarte?-Preguntó muy calmado-¿Acaso no sabes que todas las chicas que me conocen están locamente enamoradas de mí, y que ESTA, no es la excepción?-Sonrió.
-Lamento decepcionarte.-Dije tranquila-Engreído.
-No lo has hecho-acercó su rostro hacia el mío-Sé que te gusto, y viste la mejor oportunidad para hablar conmigo.
-Y ¿Quién es el que está a pocos centímetros de mí?-Dije sonriendo-Yo a ti si que te gusto, que buscas la situación perfecta para acercarte a mí.-Sonreí-Estúpido-Él alejó su rostro, y volvió a la postura que tenía antes y comenzó a reír.
-No me importan tus palabras-sonrió
-Bien, ni a mí las tuyas.-Dije calmada
-Me iré-avisó
-Lo espero con ansias-dije casi riendo.
-Entonces vámonos-Dijo una voz a mis espaldas, era de un chico, sonaba realmente bien, así que volteé, al verle, sonreí. Tenía el cabello largo, hasta el final del cuello (idea), un poco más alto que yo, musculoso; pero en cuanto le miré, estaba sonriendo. -Hola-me dijo
-Hola-dije tranquila y sonriendo
-Soy Santiago-dijo con una gran sonrisa-eres realmente agradable
-Gracias, soy Tiffany.-Su sonrisa se hizo aún más grande
-Tengo una prima que se llama así, aún no la conozco, es nueva en la familia.-sonrió-Bueno, me llevo a mi amigo, adiós, nos vemos luego-Sonrió-¿Vale?
-Supongo...
Ambos se fueron, y yo retomé mi camino, había pasado casi todo el receso hablando con ese engreído. No se como pude desperdiciar de esa forma mi sagrado receso. Pasaron las clases tranquilas, teníamos a profesores muy agradables.
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